
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS EN MÉXICO
Inicios y desarrollo
Los inicios de AA en México pueden ubicarse a principios de la década de 1940. Como en muchos países latinoamericanos, AA comenzó a ser conocido en nuestro país tanto por mexicanos que viajaban a los Estados Unidos, como por estadounidenses que venían a México (Ramírez Bautista, 1987). El período posterior a la Segunda Guerra Mundial se caracterizó por el ejercicio de un enorme poder económico, político y militar de Estados Unidos, lo cual incrementó la influencia internacional de la cultura estadounidense, expresada en muchos aspectos, como los estilos de vida y de consumo, y que también incluyeron los puntos de vista hacia el alcohol y las drogas.
Los grupos iniciales en México tuvieron una corta duración, pero algunos miembros se registraron como miembros individuales de AA en la Oficina Mundial de Servicios Generales en Nueva York. El primer grupo que se estableció con mayor permanencia fue de habla inglesa y se comenzó a reunir en 1946 en la ciudad de México. Sus miembros eran ciudadanos de Estados Unidos que habían emigrado a este país al terminar la Segunda Guerra Mundial. Después comenzaron a incorporarse algunos mexicanos, quienes, posteriormente, intentaron formar grupos en español con diferentes resultados. El crecimiento de AA desde la década de 1940 hasta mediados de la de 1960 fue muy lento:
[...] existían muchos prejuicios en contra de AA, porque la gente pensaba que era algo que los americanos trataban de imponernos, y que AA estaba en contra de la naturaleza de los mexicanos; se decía que estaba bien para los anglosajones, pero no para los latinos [...]. También hubo diversas barreras, como la diferencia en los antecedentes religiosos y el no contar con la literatura de AA traducida al español (Testimonios de servidores de la Central Mexicana de Servicios Generales de AA).
Hubo también esfuerzos desde el ámbito médico para introducir a AA en México, tratando de ajustar su programa a la "idiosincrasia mexicana". Así, un ginecólogo mexicano organizó a principio de la década de 1950 pequeños grupos de alcohólicos bajo el nombre de Asociación Mexicana de Alcohólicos en Recuperación (AMAR). Utilizando el psicodrama y la catarsis, el fundador de AMAR decía basarse en el programa de AA y en los criterios sobre alcoholismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tomados del trabajo del doctor Jellinek -prestigiado especialista que sistematizó el concepto de enfermedad del alcoholismo y a quien el profesional mexicano había conocido-.
Es interesante recordar una declaración de este médico -que parece contener signos proféticos- cuando dijo: "los mexicanos y los latinoamericanos, en general, tienen problemas para organizarse". Aunque registró a AMAR en la Oficina de Nueva York en 1954 y su asociación apareció durante algunos años en el Directorio Mundial, al poco tiempo AMAR se separó de AA, ya que no se adhería a sus principios y tradiciones (la autonomía de los grupos, la no intervención de profesionales, entre otros) y permaneció como una pequeña agrupación que aún persiste sin mayor trascendencia.
Los primeros grupos de AA enfrentaron numerosos problemas, como puede constatarse en las cartas que algunos miembros enviaban a Nueva York:
[...] hay divergencias y confusión sobre la interpretación del programa, pocos miembros, falta de comunicación entre los grupos, dificultades económicas, poca permanencia y estabilidad en los grupos debido a los desacuerdos (Testimonios de servidores de la Central Mexicana de Servicios Generales de AA).
Pero en 1964 se realizó en México la "Segunda Convención de AA para México, Panamá y el Caribe", lo cual permitió la reunión de muchos miembros de AA de distintos lugares -al parecer, uno de los fundadores de AA, Bill W. también asistió- lo que contribuyó a la creación de una Oficina Intergrupal en México que, durante algún tiempo, hizo las funciones de Oficina de Servicios Generales de AA. Este hecho, además de la disponibilidad creciente de literatura AA en español y el apadrinamiento recibido de grupos del extranjero, dio como resultado que aumentara aceleradamente el número de grupos, de oficinas intergrupales y de grupos Al-Anon para esposas de los alcohólicos. Así, entre 1964 y 1974, el número de grupos AA en México pasó de 36 a 928. [Foto]
Contar con literatura en español y con el apoyo constante de la Oficina Mundial de Nueva York fue vital para que los países latinoamericanos crearan sus propias estructuras de servicio. Los derechos para imprimir y vender la literatura aprobada por AA -fuente muy importante de recursos económicos para la agrupación-, así como las tareas de apoyo a las actividades de AA dentro del país requerían de una mayor estructura. De esta manera se funda en 1969 la Central Mexicana de Servicios Generales de AA (Central Mexicana, de aquí en adelante), la cual es registrada y reconocida por la Oficina Mundial de Nueva York desde ese año y responsable de enviar delegados a las Reuniones de Servicio Mundial.
Para organizar su trabajo y apoyar todas las regiones del país, la Central Mexicana lo ha dividido en siete zonas, cada una con un número variable de áreas y cada área integrada por distritos, los cuales se conforman por grupos. Los representantes de cada nivel de esta estructura asisten a los diversos y numerosos eventos que se organizan, tanto nacionales como locales. Además, cada área envía un delegado nacional a la Asamblea o Conferencia Mexicana que se realiza anualmente durante varios días.
Desde 1974 hasta 1981 hubo una emergencia, en promedio, de un grupo AA por día registrado en la Central Mexicana. Pero es necesario mencionar que no hay una gran certeza con respecto al número existente de grupos AA en México, debido a que un número desconocido de grupos no están registrados en ninguna de las estructuras de servicios. Tal es el caso de algunos grupos a los que pertenece gente de clase social media alta o alta y que no desarrollan función o servicio alguno fuera del ámbito del grupo y que se consideran casi como "grupos cerrados"; en otros casos, ha habido grupos integrados por personas famosas pertenecientes a alguna profesión o actividad específica, como los actores, o grupos de habla inglesa para miembros extranjeros o angloparlantes que guardan un gran parecido con los grupos en Estados Unidos